Pizza con tomates cherry asados y gouda
Pizza casera acompañada con tomates cherry, pesto, queso derretido y rociada con pesto después de hornear.
340 g de tomates cherry
2 dientes de ajo, cortados en láminas finas
1 cebolla, en rodajas finas
5 hojas de albahaca, troceadas
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
Sal y pimienta recién molida
Masa de pizza
75 g de queso Gouda Mature Frico, rallado grueso
6 cucharadas de queso Old Dutch Master Frico, recién rallado
Pesto de albahaca
Calentar previamente la parrilla. En una bandeja de horno mediana, poner los tomates cherry, el ajo, la cebolla, la albahaca y el aceite de oliva, y sazonar con sal y pimienta. Asar a 15 cm del fuego durante unos 5 minutos o hasta que la piel de los tomates se abra y se doren un poco.
Calentar previamente el horno a 260 °C. Colocar una piedra para pizza en el fondo del horno y calentar durante 30 minutos como mínimo.
En una superficie de trabajo con un poco de harina, extender cada bola de masa de pizza hasta conseguir una forma redonda de 18 cm. Transferir dos de las partes de masa a una pala para pizza con un poco de harina.
Con una cuchara, colocar una sexta parte del preparado de tomates cherry sobre cada masa.
Introducir las pizzas en la piedra caliente y dejar unos 5 minutos, o hasta que se escuche un chisporroteo.
Sacar del horno y espolvorear cada masa con 2 cucharadas de Gouda Mature y 1 cucharada de Old Dutch Master.
Volver a introducir las pizzas en el horno y dejar durante unos 5 minutos más, hasta que el queso se haya derretido y la masa se haya dorado un poco.
Rociar con un poco de pesto de albahaca y servir. Repetir con el resto de la masa, el preparado de tomates, el queso y el pesto.