Bolitas de queso crujientes sobre un lecho de remolacha y rúcula
Una ensalada sencilla, pero popular, que se transforma con unas crujientes bolitas de queso. Con esta receta se preparan 18-20 bolitas de queso.
2 remolachas grandes
4 cucharadas de claras de huevo
4 cucharadas de harina normal
100 g de queso Maasdam Frico (cuña) (rallado)
240 ml de aceite de maíz (para freír)
2 puñados de nueces pecanas
3 manojos de rúcula (solo las hojas)
Sal y pimienta
4 cucharadas de vinagre balsámico
1 cucharada de orégano (opcional)
1/2 cucharadita de chile en polvo (para adornar)
1/2 cucharadita de orégano (para adornar)
Pelar las remolachas y luego cortarlas por la mitad, verticalmente. Colocarlas en una cazuela de tamaño medio y cubrir con agua. Hervir a fuego alto; luego, bajar el fuego y dejar cocer hasta que las remolachas estén bien hechas (unos 20 minutos). Tirar el agua y apartar las remolachas para que se enfríen.
Mientras tanto, colocar las claras de huevo en un cuenco de tamaño medio y batirlas con una batidora eléctrica durante unos 2 minutos, hasta que se espumen. Seguir mezclando en la misma dirección mientras se bate.
En otro cuenco, mezclar el queso con la harina, sal y pimienta. Se puede añadir 1 cucharada de romero u orégano picado, según los gustos.
Con una cuchara o una espátula, añadir la mezcla de queso a las claras de huevo y mezclar lentamente, en la misma dirección, para que no se escape el aire del interior. Asegurarse de que todo quede bien mezclado.
Calentar el aceite de maíz en una cazuela de tamaño medio.
Dar forma de bolas pequeñas a la mezcla (del tamaño de una cucharadita) y colocarlas con cuidado en el aceite. No llenar excesivamente la cazuela. Tardarán aproximadamente un minuto en dorarse. Sacar del aceite y escurrir sobre una servilleta de papel de cocina.
Tostar varias nueces pecanas en una sartén durante varios minutos y luego picarlas.
Colocar las hojas de rúcula en una fuente de ensalada. Sazonar con sal y pimienta. Utilizar una mandolina o un rallador para cortar la remolacha hervida en rodajas finas. Colocar las rodajas encima de la rúcula. Aliñar con vinagre balsámico. Añadir las nueces pecanas picadas y terminar con las bolas de queso, todavía calientes. Espolvorear con el chile en polvo o el orégano encima de las bolas de queso, antes de servir.